jueves, 14 de mayo de 2015

TU MEJOR ESCUDO ES... NO LLEVAR NINGUNA PROTECCIÓN


Para los que quieren mejorar su comunicación, ser eficaces y, cambiar el resultado de sus diálogos...
¿Te preguntas demasiado, qué decir o, cómo decir tal o cual cosa?, para que el  otro responda según esperamos o, a fin de que no se de cuenta de… 
Y al final qué obtienes?, ¿Te sientes satisfecho o frustrado porque no te entendieron, o tu mensaje no caló? 
¿Cuánto te ha devuelto callar tu verdad... por modales, no ofender, aparentar, etc...?
 
¿Cuánto te ha devuelto callar tu verdad... por modales, no ofender, aparentar, etc...?
   
El concepto de ética en la comunicación se convierte en inconveniente, cuando se distorsiona la idea de los modales que “se deben” cumplir y, entonces nos empezamos a comunicar con caretas y manos atadas, a fin de “protegernos” o, de no incomodar al otro.

La ética es la filosofía moral con la que abordas la vida, por elección propia, para salvaguardar tu felicidad. Está basada en tus valores que por supuesto, se construyen desde el propio carácter y, desde la influencia familiar-social de tu entorno.
Según tu ética, estableces límites en tu relación con el mundo y, viceversa.

Existen casos y casos pero, por naturaleza humana, la ética te orientará a mantenerte a salvo y, a potenciar tu bienestar, así como, a procurarlo también, a tu alrededor.

Entonces, con el primero que tienes que ser ético es contigo mismo. Es decir, cuando estás en una conversación, expresando ideas, opiniones, relatando historias, eventos, etc., incluso si te estás comunicando por escrito, lo más ético para ti y, para el otro es, SER TRANSPARENTE, ser honesto, hablar tu verdad que, aunque no será la verdad absoluta (nadie la tiene), será lo más auténtico y real que tú puedes dar, lo que producirá por tanto, los resultados más efectivos para ti.

Cuando pensamos en decir nuestra verdad, con frecuencia surgen dos dudas típicas, acompañadas por supuesto, de su emoción correspondiente, el miedo. Estas dudas son producto de creencias limitantes que en algún punto del camino, hemos adoptado; la creencia de que causaremos daño al otro y/o, la creencia opuesta, que nos dañarán a nosotros o, que seremos así, más vulnerables.

Nada más lejos de la realidad y, si no, pruébalo. 
Cuando escribo sobre ser sinceros, no sólo quiero decir no mentir, o no engañar, sino empezar por no mentirnos a nosotros mismos, a no dejarnos engañar por el miedo de nuestras creencias limitantes, sino escuchar, sin juicios, nuestro interior, lo que aflora espontáneamente de él, inquietudes, otras dudas, confianzas, sensaciones, etc y, comunicarlo, dejar salir todo eso, esa es nuestra verdad y nuestra honestidad.

Mi propuesta es que en lugar de filtrar el contenido, para no herir o no ser herido, a este lo dejes intacto y, en cambio, filtres el continente, el cómo lo comunicarás.
Transmite tu auténtico fondo y, modela sólo, las formas.

¿Que ganamos siendo transparentes en nuestra comunicación con los demás?

-No hay nada más sólido que la integridad así que, al contrario de lo que nos han podido “vender”; cuando lo que sentimos, pensamos y decimos, está alineado, nos hacemos fuertes de cara al otro y, frente a nosotros mismos.

-Estamos mostrando respeto y aceptación por la transparencia del otro. Le brindamos la oportunidad para que también se exprese auténticamente.

-Damos un salto cuántico en nuestra calidad de vida, gracias a los resultados obtenidos, fruto de esta comunicación auténtica de nuestras necesidades.

-Nos sentimos más valientes y más seguros de nosotros mismos, al hacernos responsables de reconocer nuestro interior y, ofrecerlo sin tapujos.

-Reafirmamos nuestra existencia, porque cada vez que expresamos nuestra verdad, estamos honrando nuestros valores.

-Conectamos a un nivel mucho más profundo con los demás, con lo que conseguimos relaciones nutritivas y, de corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario