lunes, 28 de julio de 2014

TARTA Y VELAS SEA COMO SEA

Días o temporadas, en los que uno está implicado en resolver y sobrevivir, no suelen ser momentos en los que apetezca planificar, organizar ni celebrar una fiesta. Así mismo ha llegado éste año, mi fecha de cumpleaños, con mucho en la cabeza y escaza economía. Por eso quiero compartir aquí, como la desgana ha evolucionado y desde que decidí que sí celebraría mis 37 años, pues los estoy celebrando, lo cuál es un estado de ánimo mucho más positivo.


Historicamente el cumpleaños se empezó a celebrar, como casi todo en la historia, por razones religioso-místicas, y para que no os quedéis en la luna, aquí tenéis el link de un artículo muy sencillo en el que se explica la historia.
Lo que yo propongo es otra cosa, más allá de la edad y de la situación en la que nos encontremos, celebrar SIEMPRE es más productivo que no hacerlo, porque al hacerlo nos estamos reconciliando con el presente que estemos viviendo en ese momento y así podemos seguir adelante, superarlo. De todas formas siempre podemos organizar una reunión y, estar en ella todo el rato quejándonos o compadeciéndonos delante de los invitados, esperando recibir su consuelo. Afortunadamente con la música, las copas y la intención de festejar de todo el que acudió, por más que lo intentemos, al final, el cumple termina siendo lo que debe ser; una fiesta! y encima una en la que se nos recuerda que somos queridos y especiales!!!.
Incluso desde la preparación, uno ya empieza a levantar. Cuando te pones a revisar la libreta de contactos para pensar a quien invitarás, rememoras gente que te ha traído alegrías. Cuando piensas el sitio, la comida que podrías hacer, LA MÚSICA que esperas cree la magia. Como un viaje en su antesala, es un poco estresante pero más que eso, es EMOCIONANTE.
Así que te invito.... a que CELEBRES CADA CUMPLEAÑOS!!!!, como gesto de amor a tí mismo.

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